Facultad de Ciencias

Facultad de Ciencias

“Estamos empezando a entender las señales previas de un gran sismo”

El Dr. Daniel Melnick, analizó los factores que podrían haber anticipado este fenómeno y su posible impacto en las costas chilenas.

El reciente terremoto de magnitud 8.8 registrado en la costa oriental de Rusia —evento que generó un tsunami con olas de hasta cinco metros en el área cercana— ha activado alertas internacionales, incluyendo al Pacífico sur. El Dr. Daniel Melnick,  geólogo y académico del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Facultad de Ciencias Universidad Austral de Chile (UACh), analizó los factores que podrían haber anticipado este fenómeno y su posible impacto en las costas chilenas.

“Este es un terremoto muy interesante desde un punto de vista científico geofísico”, señaló Melnick. “Una semana antes comenzó a registrarse una seguidilla de sismos menores en la zona epicentral, lo que no había ocurrido durante el año. Ese tipo de actividad puede ser clave para entender el proceso de nucleación que da origen a terremotos tan grandes”.

El Dr. Melnick destacó que este comportamiento sísmico también fue observado en Chile antes de otros terremotos como el 27F de 2010, lo que abre una puerta a futuras estrategias de monitoreo más preventivas. “Estamos tratando de identificar qué señales nos permiten distinguir si se trata de un sismo menor o del inicio de algo mucho mayor”, explicó.

¿Qué tan similar es a lo vivido en Chile en 2010?

El terremoto en Rusia ocurrió en una zona sísmicamente activa, donde ya se había registrado un evento de magnitud 9 en 1952. Ese sismo provocó un tsunami con olas de más de dos metros en Valparaíso, lo que marca un precedente histórico para tomar en cuenta.

“Ese es el peor escenario considerado en Chile: un tsunami de poco más de dos metros en nuestras costas producto de un evento de campo lejano. Aunque este nuevo terremoto fue de menor magnitud, su ubicación y características generan preocupación”, señaló el experto.

El rol de la morfología costera y la importancia de las alertas

El Dr. Melnick también abordó cómo la forma de las bahías y costas chilenas puede amplificar los efectos de un tsunami. “En lugares como Dichato y Talcahuano, durante el 27F, hubo una amplificación significativa de las olas por la forma de la bahía, generando resonancias que aumentaron las alturas de olas y el nivel de inundación”.

Explicó que fenómenos similares podrían repetirse, y que el monitoreo actual mediante boyas DART permite seguir en tiempo real la energía del tsunami. “Eso nos dirá si se dirige con mayor energía hacia Alaska o hacia Chile. Pero hay que entender que las olas más grandes pueden llegar horas después de las primeras. Ese fue un problema serio en 2010”, advirtió.

Llamado a la precaución, sin alarmismo

Pese a la magnitud del evento, el geólogo llamó a la calma: “Este no será un tsunami arrasador como el del 2010, pero de todas maneras hay que alejarse de la costa y seguir las instrucciones de las autoridades. La vigilancia científica y el comportamiento responsable de la población pueden marcar la diferencia”.